miércoles, marzo 24, 2010

té de verónica


Es en esta
última edad de la locura
cuando te siento
detrás de las puertas

y es de ahí que me recuerdas,
lo bueno de llorar.

Y paciencia
por el amor desperdiciado
por las maneras imposibles de decir,
te quiero

y te quiero
detrás de las puertas
detrás de las historias
después de las lecciones
en la estación de las razones
donde escucho
-sordamente-
la carraspera
de tu voz.

Ahí te va ese tono grave
del cigarro
el cuerpo delicado
de las drogas
las caminatas al consultorio
las entradas de las clínicas
las caídas
las palabras de los que no hablan
de los que vez sin ver
encapuchados en la ropa de segunda mano
del color que nadie quiere
para los demás.

Pero yo te quiero con colores
pintada para despedir
cantando y desencantando
lo que este mundo
te debió.


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